En México el 28% de los vinos son de origen español y, sorpresivamente, 22% son de origen nacional, seguidos por los chilenos, argentinos e italianos. Baja California y Coahuila son los estados con mayor producción vitivinícola acumulando el 86% de las hectáreas para producción y de los litros de vino vendidos.
Calafia y Padre Kino suman poco más del 50% del total de vinos mexicanos consumidos en el país y con ellos el precio promedio de la botella es de $79,3. Sin embargo, si excluimos estas marcas el precio sube hasta $105, superando ligeramente el nivel de los vinos chilenos ($103), los más baratos de importación.
A continuación presento varias tablas que resumen la información cortesía de Hans Backhoff, director general de Monte Xanic (una de las bodegas vitivinícolas más respetadas en México) y que fue reproducida también por Rafa Ibarra en su blog.
Casa Madero se presenta como la vinícola más antigua de América aduciendo su fecha de fundación en 1597. En estricto sentido no lo es. Efectivamente, a fines del siglo XVI los frailes que llegaron a evangelizar a la población en lo que hoy es Parras (Coahuila) sembraron vid y comenzaron a producir sus propios vinos. Años más tarde la corona prohibió la producción de vino fuera de España y el consumo en México se limitaba a los productos traídos de la península ibérica. Por tanto, la producción en Parras desapareció por completo por casi 300 años, hasta que la familia Madero la retomó a fines del siglo XIX.
En todo caso, los vikingos ya habían sembrado vid y producido vino en América (sur de Canadá) en sus incursiones desde el siglo XII, precediendo en más de 400 años a los vinos de Parras.
¿Cuál es tu vino mexicano favorito? El mío son dos en realidad: el 3V, precisamente de Casa Madero y el Gabriel de Adobe Guadalupe.
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